El descubrimiento de la supuesta tumba del apóstol Santiago se produce en el año 813. Un pastor de la remota Galicia, “Pelayo”, cree ver un campo de estrellas señalando un lugar en el monte Libradón. Da cuenta a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, quien acude a inspeccionar el lugar.Lo que encuentra es un arca de mármol y en su interior unos restos humanos.
historia camino santiago - santiago apostolTeodomiro declara por revelación divina que aquélla es la tumba de apóstol Santiago y avisa al rey astur Alfonso II el Casto, quien ordena levantar una primera iglesia de ladrillos de barro para proteger el lugar santo.
Es a partir de este descubrimiento cuando el sepulcro se convierte en el punto final de los peregrinos de toda Europa. El camino que llevaba hasta él, estaba asentado en las numerosas vías romanas que existían por la zona.
Ante el flujo humano, era necesario convertir el camino hacia el sepulcro en algo más que una vía de tránsito; se fundaron posadas, hospitales y cementerios, se levantaron puentes, se construyeron iglesias, monasterios y abadías, y por supuesto, se formaron importantes núcleos de población que constituyen aún en la actualidad un gran legado artístico y cultural.
El Apóstol Santiago era uno de los doce fieles seguidores de Jesús y se le identifica con el evangelizador de la Península Ibérica. Fue condenado a muerte en Palestina por el rey Herodes Agripa, para dar un escarmiento a la comunidad cristiana, complacer a los judíos y acallar las protestas religiosas. Se convierte así en el primer mártir del colegio apostólico. La tradición también afirma que los restos de Santiago fueron trasladados a las tierra que evangelizó y fue sepultado en el extremo noroccidental de la península, en la actual zona de Santiago de Compostela.
historia camino santiago - concha santiago
Según la tradición, sus discípulos robaron su cuerpo y lo trasladaron en un viaje marítimo de siete días de duración hasta la desembocadura del río Ulla, la actual ría de Arousa, para cumplir con el rito arraigado entre los apóstoles de ser enterrados donde predicaron. Después de varios hechos milagrosos, que convencieron a la reina local Lupa, lo enterraron en el mismo lugar donde siete siglos después lo descubriría Pelayo.
El descubrimiento de la supuesta tumba del apóstol Santiago se produce en el año 813. Un pastor de la remota Galicia, “Pelayo”, cree ver un campo de estrellas señalando un lugar en el monte Libradón. Da cuenta a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, quien acude a inspeccionar el lugar.Lo que encuentra es un arca de mármol y en su interior unos restos humanos.
ResponderEliminarhistoria camino santiago - santiago apostolTeodomiro declara por revelación divina que aquélla es la tumba de apóstol Santiago y avisa al rey astur Alfonso II el Casto, quien ordena levantar una primera iglesia de ladrillos de barro para proteger el lugar santo.
Es a partir de este descubrimiento cuando el sepulcro se convierte en el punto final de los peregrinos de toda Europa. El camino que llevaba hasta él, estaba asentado en las numerosas vías romanas que existían por la zona.
Ante el flujo humano, era necesario convertir el camino hacia el sepulcro en algo más que una vía de tránsito; se fundaron posadas, hospitales y cementerios, se levantaron puentes, se construyeron iglesias, monasterios y abadías, y por supuesto, se formaron importantes núcleos de población que constituyen aún en la actualidad un gran legado artístico y cultural.
El Apóstol Santiago era uno de los doce fieles seguidores de Jesús y se le identifica con el evangelizador de la Península Ibérica. Fue condenado a muerte en Palestina por el rey Herodes Agripa, para dar un escarmiento a la comunidad cristiana, complacer a los judíos y acallar las protestas religiosas. Se convierte así en el primer mártir del colegio apostólico. La tradición también afirma que los restos de Santiago fueron trasladados a las tierra que evangelizó y fue sepultado en el extremo noroccidental de la península, en la actual zona de Santiago de Compostela.
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Según la tradición, sus discípulos robaron su cuerpo y lo trasladaron en un viaje marítimo de siete días de duración hasta la desembocadura del río Ulla, la actual ría de Arousa, para cumplir con el rito arraigado entre los apóstoles de ser enterrados donde predicaron. Después de varios hechos milagrosos, que convencieron a la reina local Lupa, lo enterraron en el mismo lugar donde siete siglos después lo descubriría Pelayo.